Andrés ha sido un regalo en mi vida, como uno de esos ángeles que nos manda Dios para recordarnos muchas cosas que son evidentes, pero que se nos olvidan... que se nos olvidan cuando estamos de malas, que se nos olvidan cuando estamos cansados, entonces cada vez que estoy con Andrés salgo como renovada. De repente puedo llegar de muy mal humor, cansada y al platicar con él tiene una habilidad natural y extraordinaria para despertar las partes más bonitas que tengo.